Liberté! Liberté! Liberté! Como la sabana vasta y salvaje o como mi compatriota Ingrid –soy colombiano- que aturdió los medios hace poco y reciclo el imaginario planetario del camuflado guerrilla, al secuestrado liberado.
Raptada por el éxtasis como Santa Teresa de Bernini, Karina parece fogosamente gemir.
En Turquesa como acento en las joyas de princesa tribal. Y su cabello rojizo salvajemente ensortijado, juega de melena de esta fiera poseída por la pasión.
El uniforme protector se rasga se rompe se recompone en diminutas piezas del sexy guerrilla urbana por la presión de la piel que quiere hacerse ver. Un estilo muy de suburbios metropolitanos, donde el valor del cuerpo llega a ser de cambio. El chaleco se acorta cada ves más y la falda se hace mas angosta y aparenta abrirse al medio. Y con todo eso, todavía parece el vestido molestar…Viva la nudité!.
Se renuevan los diseños pero el camuflaje esta de moda hace tanto como siempre. El primer cazador se camuflo…y no fue humano. Las ferias del streetwear planetario lo ofertan siempre y los diseñadores se esfuerzan por lograr su propia y original versión. De hojas, nubes, cartográficos, ácidos, virulentos o pornográficas, faltan por ver.
Al aire y como el aire libre! sus senos a-batidos sin sostén represor. Mucho esfuerzo habrán costado para oprimirlos y menos ocultarlos.
Que Eros contiene el abdomen que tanto lo exhibimos. Es tan sensible, vulnerable y tan difícil de conservar exhibible. Boom del ¨hombligüismo¨ latino para adolescentes, las caderas no mientes ¨Shakira¨. Trópico, la cintura del planeta se contornea en danzas del vientre del caribe al medio oriente, de Marruecos a Hawai.
Redes y ataduras ciñen las piernas, atrarapan y cautivan. En negro como domadora. Los tacos alejan del ¨soldier¨ a nuestra Jeanne heroína en la selva, dispuesta a todo explorar.
…Sera cazadora?.
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