Andrés Andrade

Desde la sobras y protegida por la capucha antes religiosa y ahora deportiva en rojo cardenal, brillan la mirada que invita tal ves a un escarceo o mínimo un round con este boxeador. Y entre el clinch y a la lona, todo puede suceder.

Y …en esta esquina!.  De Monzón a Mano de Piedra, Argentina ha dado grades boxeadores y sus biografías repiten la niñez ruda, la escasa educación y el exceso de Kickboxing amateur en las villas entre rings y rounds por sobrevivir.  Las chicas hace años que no solo pasan el cartel.  Ahora lucen hinchazones, moretones y el cinturón casi faja que las hace también “Champions” en un viaje que representa para lxs chicxs pasar del último cinturón del cono urbano a una esquina del Luna Park.

La peleas fueron populares en los 20s, los años locos, al ritmo del jazz, las apuestas y los mafiosos emergentes del inmigrante “tano” undergorund.  Pero fue el Hip Hop el que llevo los rudos suburbios al dowtown.  Lo que hiciera el punk en Londres de los 70s lo repetiría el fenómeno de raperos con su beat negro y estética marginal.  Madonna atravesó con ellos boderline a inicios de los 80 y como los “mareros” cubiertas por sus emblemáticos tatoos, cruzaron el continente sin fronteras de norte a sur a ritmo  bastard pop –made in BsAs-, un híbrido que mezcla música electrónica, Hip Hop y dancehall con ritmos latinos como la cumbia y el reggaetón.

Hay que estar bien informado antes de sellar el pacto eterno con una marca.  En Andrés resulta algo irónico encontrar que el bello y caligráfico “renacer” –reborn- que adorna el tallado abdomen,  también sirve para nombrar a los siniestros muñecos realizados por artistas especializados que logran crear lo más parecido que se pueda imaginar a un ¡auténtico bebé real!.  Sin descuidar el más mínimo detalle, “Puedes elegir: su sexo, raza, si está despierto (color de ojos) o dormidito como un ángel, su tamaño aproximado, el color, tipo y largo de su cabello, sus venas y humedades”, como lo cerifican los web sites donde se venden estos “bebes perzonalizados” por cifras que promedian los tres mil euros y con etiquetas tan sugestivas como: “Soy adorable”. “Mi conejito y yo estamos descubriendo que pasa a nuestro alrededor.”.  “Sueño que unos papis cariñosos me adopten y me cuiden”.  Todo pago contra entrega a satisfacción del cliente y con cerificado de garantía “Te cuidaré para siempre”.

Parte del proceso de reinserción social de los jóvenes mareros en Centro América es borrar sus estigmas y consignas que sobre la piel delatan su pertenecía a un determinado clan.  Las que no se borran ni aquí ni allá son las de las poderosas y globalizadas marcas líderes del sportswear bien sea original, copia salada retrucha  “salvatrucha” o replica trabajo esclavo sin blanquear.

Andrés Andrade es estudiante de derecho y bailarín. 

 

Lo que mas me gusta de mi cuerpo
Mis labios y mis pectorales.

Si algo trato de esconder y como
Trato de meter panza, a veces, pero por lo general nada.

Casi siempre me pongo tal cosa....
Siempre perfume (original). No me vengan con los imitaciociones. 

Nunca usuaria .... aunque me lo regalaran

Nunca usaría algo de cuero, vinilo