En juego de capas –layers, como en la grafica- y a dos cabezas analizaremos el estilo “capas de cebolla” que tan bien Laura Ramos logra para si, con una complejidad mayor: Cada capa es diferente y aporta una gran cantidad de información. Por eso Laura como escritora que es, me deja sus textos a los que con respeto intentare con mis apreciaciones, editar. Gracias al rotundo negro espero unificar en un look cercano a “Un Ramirez”, pero que veremos es bastante personal.
Su cabeza irradia con “El postizo de Simone de Beauvoir” desde su hermoso cuello pedestal. Ella misma lo obsequio al SOY en su cumple y lo luce ahora a modo de aureola que envuelve el rostro, donde a esta Drakie ojerosa –a la que conocí bailando de rollinga- se le sale la ternura en una risa mas franca y amplia de lo habitual. Acentuada con pequeños guiños por ojos del que ya mucho vio y ahora poco quiere ver. O sera solo los efectos de “La foto-fobia”?
Yo-casta y pura, “Mi pasión es la ropa opresiva, oscura y severa, mucho más perturbadora, para mi mente de clausura, que una mini y un escote” dice, al editar un bolerito negro trableado que drapea en la espalda con “Una faja vintage que evoca los cuerpos mortificados de las doncellas s.m”. Y debajo de todo la pálida piel cubierta con CatSuit semivelado, que vale por “Un velo negro que casi siempre me pongo”.
Todo dispuesto para concentrar a modo de altar en su pecho la atención y en su “Cadenas con dijes de cruces diminutas cuya repetición obsesiva evoca al Anticristo (customizadas por Jazmín Calcarami, la nínfula hija del artista genial y hoy ángel Juan Calcarami)”.
Como institutriz del XIX o de Mujercitas–Jane Austin- o “Del diario intimo de una señorita anticuda” o vestida para la bizarra navidad en el “El extraño mundo de Jack” -dirigida por el animador Henry Selick sobre dibujos y poemas de Tim Burton- Laura alude a el recato y “su porte monjil, que evoca a la Viridiana de Buñuel” porque resulta ser lo que mas le gusta de su cuerpo, asi resulte una triste imagen.
-“¿Querían una historia de Navidad? Aquí va. Pero les advierto que bien podrían hacer cualquier cosa para calentar su alma antes que leerla. Es más triste que el diablo”.
Completando el look “Una falda de neoprene para surfear en el pavimento de la ciudad” que bien conoce y de lo que sus textos “Buenos Aires me mata” (1993) y “Ciudad Paraíso” (1996), dan fe. Y unos casi ortopédicos “zapatos de monja confeccionados con charol perforado y bordes de cuero plateado”.
Debo aclarar que ella misma en su crónica “El Hombre del Movicom o Josi” escribió “¿Saben que tiene ella de buena chica? Nada” y recordarles que para esa buena chica llamada Laura “La mentira es el motor dramatico” por lo que creo no muy de fiar este estilario..ja ja ja!
Laura Ramos es escritora.
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